sábado, 20 de abril de 2013

Aletas de tiburones

El aleteo de tiburones es la práctica pesquera que consiste en atrapar tiburones, cortarle las aletas y devolverlos al mar, donde mueren por asfixia (al no poder nadar y conseguir la circulación de agua por sus branquias), desangrados o devorados por otros peces.

Cada año se capturan 100 millones de tiburones. Los tiburones son capturados por la gran demanda de sus aletas para el mercado asiático y los restaurantes asiáticos del mundo y por la demanda por sopa de aleta de tiburón. Están provocando una verdadera catástrofe ecológica para este grupo de peces. Por ello, el precio de las aletas alcanzan 600 euros por kilogramo.

En las últimas décadas muchas especies de tiburones han pasado a estar al borde de la extinción debido a la sobreexplotación pesquera no sostenible, y en particular por la práctica del finning, que es legal en casi todo el mundo.

sábado, 13 de abril de 2013

El cangrejo Yeti


Los cangrejos Yeti vive en aguas oscuras y profundas del Pacífico. Fueron descubiertos en 2005 y ahora por fin, los científicos nos cuentan detalles que han averiguado sobre su comportamiento.

El cangrejo Yeti es un crustáceo muy diferente a cualquier otro. Mide 15 centímetros y tiene 10 patas. Es ciego, no tiene ojos.

Su concha del cuerpo es blanca y lisa y sus pinzas están cubiertas de pelo. Así que, con lo blanco y peludo que es, no es de extrañar que los científicos que lo descubrieron lo apodaran como cangrejo Yeti.

Se descubrió en la Isla de Pascua. Un equipo de científicos, del Instituto para la Explotación del Mar, estaban en un submarino de investigación sumergidos en una zona del océano Pacífico jamás explorada, a unos 2.300 metros de profundidad y vieron al animal.

Se dieron cuenta enseguida, por lo original y raro que era, que no estaba clasificado en los libros zoología. Rápidamente pidieron al piloto del submarino que lo atrapara no sin antes observar la escena que estaba teniendo lugar: dos ejemplares peleándose por una gamba.

La escena de la gamba hizo pensar a los investigadores que el cangrejo era carnívoro y el lugar donde fue hallado, cercano a aguas hidrotermales tóxicas, les hizo sospechar que en sus pinzas, en sus pelos, vivían bacterias en simbiosis.
Solo existe un ejemplar en manos de los científicos, el de la gamba.