A simple vista se ve como un gato, pero cuando se mueve lo hace como un conejo. Además sus patas traseras son mucho más largas que las delanteras y su falta de cola lo diferencia de un gato normal y corriente.
Por eso mantuvieron al gato-conejo en secreto por más de un año hasta que lo descubrieron sus curiosos vecinos.
Mucha gente quería comprar el gato – conejo, y ofrecieron grandes ofertas, pero sus dueños dijeron que no esta a la venta ni disponible para hacer experimentaciones.